Salud mental: un problema de muchos, pero del que pocos hablan

La salud mental es algo más que la ausencia de trastornos mentales. Es parte integral de la salud. Es un estado en el que la persona goza de un equilibrio en su ámbito familiar, social, cultural y laboral, permitiéndole afrontar el día a día sintiéndose bien.

Sin embargo, ese equilibrio puede verse afectado por:

Experiencias vividas: pérdidas, abusos, traumas

– Antecedentes familiares de problemas de salud mental

– Factores biológicos

– El estilo de vida

Se considera que una persona padece de algún tipo de trastorno mental cuando hay alteraciones en los patrones de su comportamiento, pensamiento o sentimientos, tales como angustia, miedo, tristeza, desesperanza o falta de ganas por vivir, pudiendo afectar, a su vez, a sus relaciones personales o familiares, su funcionamiento en entornos sociales, como el trabajo o la escuela, así como su participación en actividades importantes.

Por todo lo mencionado, podemos decir que la salud mental se relaciona con el raciocinio, las emociones y el comportamiento de una persona.

Tipos de enfermedades mentales:

Trastorno obsesivo-compulsivo, ansiedad, pánico, fobia, depresión, trastorno bipolar, problemas con la alimentación, con la personalidad, estrés post-traumático, trastornos psicóticos, esquizofrenia…

Es importante destacar que este tipo de patologías no necesariamente se deben a una sola causa puesto que son varios los factores que pueden dar lugar a padecerla.

El suicidio

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 800.000 personas se suicidan cada año en el mundo, registrándose en España 10 suicidios al día, es decir, cada 2,5 horas una persona acaba con su vida.

Increíblemente, en España fallecen por razones suicidas el doble de personas que por accidentes de tráfico, 11 veces más que por homicidios y 80 veces más que por violencia de género, lo que lo convierte en un problema grave al que se le debe prestar especial atención.

Y frente a todas estas estadísticas, es importante tener en cuenta que no en todos los casos las personas con inclinaciones suicidas lo demuestran abiertamente en sus círculos más cercanos; en muchas ocasiones se presentan como hechos inesperados para familiares y amigos.

Muchos de los suicidios guardan una estrecha relación con algún trastorno mental; sin embargo, un porcentaje importante se produce de manera impulsiva en situaciones de crisis que hacen que las personas vean disminuida su capacidad para afrontarlas (problemas económicos, la pérdida de un ser querido, rupturas de relaciones, enfermedades crónicas).

Con el confinamiento tras la Covid-19 han aumentado los casos de depresión

De todos los trastornos, el más común es la depresión; sin embargo, el grado y la manera en que le afecta a cada persona suele ser distinto.

Con la llegada del Coronavirus y el confinamiento, las alteraciones psicológicas a causa del temor, la angustia por lo que deparará el futuro y las presiones económicas, han aumentado considerablemente, así lo indican los especialistas en la materia, quienes aseguran que ha habido un aumento en las consultas con psicólogos y psiquiatras, así como también el consumo de ansiolíticos y antidepresivos.

Hablar de ello: el mejor tratamiento

Sea cual sea el tipo de trastorno que se padezca, el mejor de los tratamientos es hablar del problema con familiares, amigos o un especialista.

Un tercero podrá ayudar a la persona a no tomar decisiones erróneas y que le conduzcan a hacerse daño. Una visión externa podrá darle el alivio de sentirse escuchado y quizá hacerle darse cuenta de que hay otras personas a las que le sucede lo mismo, o tienen problemas similares y eso le permita encontrar una solución alternativa.

La meditación y el yoga son prácticas altamente recomendadas ya que permiten mejorar aspectos cognitivos y emocionales; asimismo, tienen un impacto directo en los niveles de ansiedad y autoestima.

Ya por último y no menos importante, está la necesidad de aumentar la sensibilidad de la comunidad frente a estos problemas con la finalidad de superar el tabú existente y contribuir al buen desarrollo de la persona.