Hábitos para disfrutar de tu sexualidad al máximo

La salud sexual, según lo descrito por la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define como un enfoque integral en el que no solo participa el sexo, sino también aspectos como el bienestar físico, psicológico, emocional y social.

En ese orden de ideas y según lo que indica la OMS, la plenitud sexual va más allá de la ausencia de una enfermedad, disfunción o debilidad en una persona determinada. Para poder alcanzar y mantener una salud sexual óptima, es imprescindible que los derechos sexuales de cada persona sean respetados, protegidos y satisfechos en su totalidad.

Hábitos para cuidar la salud sexual

Como se ha mencionado, la sexualidad comprende todo un conjunto de aspectos; de manera que, para sentirse pleno física y psicológicamente, hacen falta hábitos como:

Realizarse chequeos médicos completos al menos una vez al año (tanto hombres como mujeres).

– Hacer ejercicio con regularidad.

– No consumir tabaco ni bebidas alcohólicas.

– Tener una dieta saludable.

– Quererse y aceptarse a uno mismo con virtudes y defectos. Muchas personas desean tener una pareja para sentirse plenos, pero la realidad es que todo lo que necesitamos debemos buscarlo internamente para luego poder compartir experiencias con el otro; puesto que si no se consigue aceptarse a uno mismo, difícilmente lo hará otra persona.

– De existir alguna preocupación o necesidad de orientación, planificar las sesiones que sean necesarias con un psicólogo. Una voz externa y con conocimientos en el área siempre será de ayuda.

El sexo

Mantener una sexualidad con responsabilidad implica usar métodos de protección si no se practica con una pareja estable y en caso de que así sea, es importante mantener activas, entre otras cosas, la sensualidad y la complicidad.

Conocerse mutuamente hará que el sexo sea siempre una práctica placentera. Médicos y psicólogos recomiendan: 

Disponer de espacio y tiempo para las relaciones.

– Sorprender a la pareja, incluso con encuentros sexuales no planificados.

– Expresar gustos, diferencias, opiniones permitirá evitar que haya malos entendidos y mejorará la calidad de la relación.

– No tratar la sexualidad como un tema tabú. Hablar de sexo con amigos, compañeros y familiares hará que tengas una visión mucho más amplia.

– Evitar relaciones tóxicas. Debe tratarse de una relación entre iguales, consentida por ambas partes.

– Apostar por el sexo seguro siempre (sobre todo si no existe una pareja estable). La responsabilidad de la protección recae sobre ambos. Los herpes genitales, la gonorrea, el VIH/SIDA, el VPH, la sífilis y otras enfermedades de transmisión sexual, son una lamentable realidad que aumentan cada año y padecerlas puede dañar gravemente la salud.

Beneficios de una sexualidad plena:

Fortalece el sistema inmunológico.

– Ayuda a la pérdida de peso.

– Aumenta la libido.

– La eyaculación protege a los hombres contra el cáncer de próstata.

– El orgasmo es capaz de bloquear el dolor.

– Disminuye el estrés.

– Aumenta la autoestima.

El Estado, la sociedad y su responsabilidad

Aunque para muchos no sea considerado importante, tanto el Estado como la sociedad tienen una responsabilidad con respecto a este tema.

Crear campañas de concienciación para evitar enfermedades de transmisión sexual (ETS) y embarazos precoces, dejar de hablar del sexo como una temática tabú y dejar de lado el rechazo en relaciones entre personas del mismo sexo, son aspectos con gran influencia en la sexualidad.

Por el contrario, sus buenas prácticas propiciarán el amor propio, el respeto de los derechos del otro y, por supuesto, el conocimiento.

El equilibrio entre mente y cuerpo es el complemento ideal que toda persona debe procurar encontrar en su vida, pues cuando cuidamos de nosotros y de nuestra salud nos sentimos bien, estamos tranquilos, somos optimistas y rebosamos felicidad.