Gota

La gota es un tipo de artritis que se produce por acumulación de ácido úrico en la sangre, dando lugar a la inflamación de las articulaciones.

Cuando el nivel de ácido úrico en la sangre es elevado, éste se deposita en forma de cristales microscópicos en las articulaciones, provocando una inflamación dolorosa de las mismas y el consiguiente llamado ataque de gota.

Por tanto, la gota es una manifestación articular de la hiperuricemia, enfermedad en la que se presentan niveles altos de ácido úrico en sangre, al generarse más cantidad que la que el cuerpo es capaz de metabolizar.

Algunas de las causas que pueden provocar un ataque de gota son: una mala alimentación, el alcohol, traumatismos, el tabaco…

Zonas que pueden ser afectadas por la gota:

La gota normalmente suele manifestarse en el dedo gordo del pie, pero hay otras zonas que también pueden sufrir un ataque de gota como:

– Rodilla

– Dedos de la mano

– Tobillo

Además de a las articulaciones, la gota puede afectar a los tendones y bolsas que las rodean.

La gota se considera una enfermedad curable. Alcanzar los niveles adecuados de ácido úrico en sangre consigue disolver poco a poco los cristales, hacer desaparecer los síntomas y evitar que se produzcan daños irreparables.

Convivir con gota puede llegar a ser muy doloroso. Es una enfermedad que no cura el tiempo, sino que si no se trata empeora. Hoy en día la medicina ofrece medicaciones muy eficaces para hacer remitir completamente esta enfermedad.

Un ataque de gota puede ocurrir de manera repentina, pero con un diagnóstico temprano, tratamiento y cambios en el estilo de vida, se puede controlar.

Normalmente, los hombres tienen más probabilidades que las mujeres de padecer gota y, a menudo ocurre en las personas de mediana edad.

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